Sí, esta vez tengo que felicitarte por tus dotes para las artes de hacer el mal.
Sé que tenías todo planeado, los cuchillos afilados y un coche fuera esperándote.
Lo has hecho muy bien, tan, tan bien, si querías hacerme daño, si creías que iba a doler lo has hecho muy bien. Fue como si estuviera hechizada, incapaz de ver el camino bajo mis pies.
Vi tu sombra acercarse a mi espalda antes de sentir el frío del acero bajo mi piel.
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